Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo.
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viernes, 7 de octubre de 2016

Loquillo en Lugo

Esta noche Loquillo actúa en Lugo (21.00 horas, Praza Horta do Seminario) en el marco de las fiestas patronales. Reproduzco aquí el perfil que tracé del rockero para el suplemento del San Froilán publicado anteayer en El Progreso:

EL DANDI QUE VIAJA EN CADILLAC
Loquillo viene de triunfar en Las Ventas. Ofreció un show de tres horas que se enmarcó en la gira ‘Salud y rock & roll’ y cuyas entradas ya se habían agotado tres meses antes. 
El llenazo absoluto en el emblemático escenario madrileño —donde caben 15.000 almas— era quizás la única prueba de fuego que le faltaba por cumplir, al menos en España, a Loquillo. Pueden contarse con los dedos de una mano los rockeros hispanos —Bunbury, Leiva, Andrés Calamaro...— que tienen hoy semejante poder de convocatoria. Con esas credenciales, Loquillo aterriza hoy en nuestra ciudad, donde actuará a partir de las 21.30 horas. El barcelonés destilará su último disco —‘Viento del Este’, cuya primera canción da título a la gira— y sacará a pasear algunos de sus himnos, como ‘Feo, fuerte y formal’ (homenaje a John Wayne) o ‘Cuando fuimos los mejores’. 
También habrá espacio para el repertorio de la época dorada de los Trogloditas, la emblemática banda que lo acompañó desde los primeros 80 y de la que se separó hace casi una década. ‘Cadillac solitario’, ‘Carne para Linda’, ‘La mataré’, ‘Todo el mundo ama a Isabel’, ‘Piratas’, ‘Rock ‘n’ roll star’, ‘Rock suave’... Pocos vocalistas de rock estatal pueden presumir de haber estrenado canciones de tamaña magnitud, todas compuestas por Sabino Méndez —otrora guitarrista de los Trogloditas, con quien Loquillo ha vuelto a colaborar en los últimos discos, tras bastantes años de distanciamiento—. 
Aquellas obras ochenteras emanan una belleza extraña y vigorosa. De haberse dedicado a la música y no al celuloide, podría haberlas firmado Sam Peckinpah. Descarnadas pero sutiles, chulescas y tiernas, sensuales y directas, épicas y líricas, hoy logran provocar escalofríos entre veinteañeros y cincuentones. Si los adolescentes lucenses más sensibles se liberan de prejuicios y no tienen reparos en compartir espacio con señores que peinan canas («Tupés galácticos», canta Loquillo), probablemente encuentren hoy las hormas de sus zapatos, especialmente si suenan piezas frescas como ‘María’ o ‘El ritmo del garage’, que cuestionan el puritanismo de ciertos padres.
Aunque el primer repertorio ‘troglodita’ sea difícil de igualar, a Loquillo hay que reconocerle una notable evolución, nada habitual en sus coetáneos. Guste más o menos, dé o no en la diana —su limitada voz se adapta mejor al tono afilado que al melódico—, el barcelonés ha dado saltos de vértigo en su carrera. Y no sólo porque desde 1991, con el disco ‘Hombres’, pasase a firmar —dignamente— la mayor parte de las letras que vinieron luego.
Por ejemplo, él, que se había doctorado en la universidad stoniana, grabó en 1994 su primer disco de poemas —‘La vida por delante’—, lo cual irritó a algunos de sus seguidores más alicortos. En efecto, entonces aún existía la creencia generalizada de que la dureza residía únicamente en un sonido eléctrico, no en cantar, pongamos, estos versos de Jaime Gil de Biedma musicados por el profesor Gabriel Sopeña: «Pero ha pasado el tiempo / y la verdad desagradable asoma: / envejecer, morir, / es el único argumento de la obra». 
Loquillo, además, dio el paso de abandonar a los Trogloditas justo después de haber teloneado con ellos a los Rolling Stones y a los Woo. En un momento tan dulce, el catalán de nuevo apostó por el riesgo, retomando la carrera en solitario que precisamente había inaugurado con ‘La vida por delante’, unas veces apelando al cuero y otras luciendo etiqueta de ‘crooner’, pero siempre desde la madurez que se le presupone a alguien de su edad —hoy tiene 55 años—. «Si no me hubiera ido de los ‘troglos’, ahora estaría tocando en festivales de revival de los años 80. Y lo que estoy haciendo ahora es llenar Las Ventas. Aprendí el negocio, la industria», reconoció recientemente el ‘Loco’.
Ese afán de experimentación le llevó el pasado año a interpretar algunos de sus éxitos junto a una banda de rockabilly, The Nu Niles. El trabajo, ‘Código rocker’, concentra casi todos sus perfiles —el muchacho de barrio que escucha rockabilly, sí, pero también ‘doo wop’ o surf, el deudor de Cash, el amante de la lírica, el cinéfilo...—, hilvanados por la actitud de la ‘rock and roll star’ que es. En el CD está la clave de por qué Loquillo atrae a un público tan diverso en edades.
Su última producción, ‘Viento del Este’, donde firman Sabino Méndez o Leiva, conjuga como nunca el combate y la distensión evocadora. Ese difícil maridaje prueba que, voluntaria o involuntariamente, el ‘Loco’ homenajea siempre a John Wayne.


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